Xuxa y El Sodero. (amalgamas) / Rubeolas Pasajeras

Si tus ruedas están girando pero vos vas al revés.
No mirés mas propagandas, después querés aspiradoras que aspiran líquidos.

Con un irritante disimulo me senté a respirar el aire de este fueye lleno de silencios bilaterales. No te voy a buscar por un camino que nunca recorrí ni disfruto de este simulacro pernicioso y despeinado.
Orquesta en mi la idea de verte como a un mamífero más. Pero sigo nublada por esta narcosis robótica que me vuelve apática.
En una manera de hablar te diría, a través de mis prismáticos, que atacaste a todas mis células induciéndome terribles patologías mentales. Y desde que te conozco podría describirte de una manera certera la morfología y el hábitat natural de mis pantuflas. Enjabonaste mis manos conceptuales y no hay frecuencias moduladas.

No digo más tu nombre, trato de ser civilizada. Por eso estoy sentada, escalando mi nada al compás de tu cráneo erizado y reanudando mi vida backstage. Guardando todos los colores que dejaste antes de que te rías.
No voy a moquear lo que quedo de tu cariño, no soy  buena estratega en estos casos. Seguro que con un estornudo férreo que me deje tonta me de cuenta y ubique las salidas de emergencia.
Algunas cortinas me soplan con ademanes que esto no es mas que una estúpida sensación de preduelo. Pero no es así, porque vivo camuflando bajo mi amianto cómo calcinaste este ecosistema y dejaste una angina incontrolable que enrejó mis papilas y entubo todas mis murgas.
 Desde el acrópolis se ve tu alegría alérgica y como mi corazón queda como un alfiletero viejo. Estoy sentada, soy un mueble más. Mis molares ya no mastican recuerdos sepia. El equipaje, la metafase y el microbús.
Qué hago con la bilis y con este vinagre meloso con el que cincelaste este portaretrato?
Yo solo esperaba de tu alfabeto unas palabras glúcidas que me perforaran el esternón.


No quieran querer, te queda el cerebro en escabeche. Mirame a mí.