Para que no te ahogues con tu propia saliva y tosas desesperadamente te recomiendo no confabular ni saltar con la misma perorata. Saludá a los cinco minutos que acaban de pasar.
Vendajes viejos de fabulas fritas.Toparte con alguien en la calle y querer salir los dos para el mismo lado, y después intentar ir para el otro lado y ver que la otra persona te copia es preocupante. Vi una araña anoche, va a llover. No desvarío.
Certifico el espanto, la necedad me acalambra.
Y mire por un ratito mi vida por un ventanal con tela mosquitera. Pensé en cuando deje de pensar. Vivo proyectando absurdos silencios sentimentales como olimpiadas matemáticas, mayonesas saborizadas y cráteres morfosintacticos.
Estoy donde realmente debería? No se. Es solo tu oreja alcohólica la que me escucha.
No soy usuaria de la realidad, esperé de más y me quedé sola y la bañera se vacía. Tu mente, mi quitaesmalte.
Volver ahogada de tu incomprensión náutica? Basta. No puedo evitar poner una particular cara de desesperación al ver como un grupo de idiotas te festeja. Me atornillo a la rutina manzana y quedan pocas personas de las que converso a demás de hablar. Qué ensordecedor. Qué ascensor sin espejos.
La uña al ras.
Y yo que no era feliz y me obillaba en mi cama, subsistía. Estoy brotando de nuevo.
