Calle ahora o hable para siempre.

Soy de esas personas con las que no es fácil hablar, no charlar en si pero noto que no soy accesible al entendimiento de algunas tópicas relacionadas con el comportamiento en sociedad. Pero ami me encanta hablar, es más, si te llego a encontrar te contaría de que empecé dibujo y que siempre pierdo un par de anteojos.
Soy buena para explicar las cosas que me conciernen, puedo justificar porque no me gustan las texturas aterciopeladas y me encanta teorizar sobre el misterioso mosquito que salió de mi placar el jueves pasado. Suelo comentar sobre las personas que acceden a participar en las propagandas de prótesis dentales y que los pinos son árboles invernales trágicos.(Si, me choqué un pino)
Me resulta simple dilucidar el correcto uso del vinagre en cada ensalada y paso días meditando sobre las carátulas tamaño rivadabia. Amaestré mi elocuencia para esclarecer porqué le tengo miedo al compromiso y amo comer fritangas. Se me torna elemental declarar circunstancias inusuales como comprarse una bombacha con florcitas, pero nunca me salieron las analogías deportivas. Comparto que las últimas no son de mi entera comprensión y no merecen mi entero discernimiento.
 Agregaría que no entiendo la brisa de nerviosismo que me atraviesa mientras escribo sobre este teclado y no entiendo todavía porque nací con estas actitudes. Sospecho que algo bueno tengo y que a los caballos regalados no se le miran los brackets. Sé de muchas personas que inhiben mi funcionamiento neuronal promedio.
 Oculto que mis manos están frías todo el tiempo. Contemplo por horas mi placar antes de dormirme. Me entretiene ver discusiones rancias, y leo muy lento y bastante mal en voz alta. Nunca voy a aprender a leer la hora en un reloj analógico y odio que mi papa compre en cantidades industriales lamparitas de bajo consumo de luz blanca (odio mas que se me queme la luz del velador y tener que poner una lamparita de esas). Comprendí que es demasiado difícil encontrar la integridad de mi rostro a las 6:00 de la mañana.

 Me gustaría poner en mute mi cerebro y ser un robot autómata por unos años, que el progreso me congele y que la tecnología se encargue de mis emociones. Pero soy muy humana y tiro desodorante de ambiente. Y siempre espero a que los demás terminen de hablar, también espero demás y se me paso el tema de conversación. Dudo y dudaré por siempre si se lavaron  las manos después de ir al baño. Arruino porque hablo sobre la superabundancia, no soy insolente y me encanta la impertinencia léxica.
Entonces, porqué me costó tanto exponer de que soy víctima de un amor inconducente e unilateral? Mucho Chicle.
Adonde crees que vas, dejá de perder el tiempo y andá a la panadería. Yo le pongo música.