El forastero y yo.


Ya lo oí, mi mirada se volvió hermética. Ya no hay mas atajos. Imagino que te miro, y tus ojos son ásperos como la última vez. El fondo de esta taza ya no es mas dulce. Ya no me contracturan tus palabras. Lo que nunca me contaste me pica en la espalda. De a poco mis sentimientos se volvieron mas duros y ambiciosos como los de la peor mujer despechada. Transpapelar y encontrar tus maravillosas frases sobre la ropa vieja otra vez, estas cárceles son las peores. No supe esconder el desprecio y tu hipocresía me hizo perder la compostura, siempre terminé desmaquillada ante personas como vos. Para no engañarme trato de no cenar sola. Pero llegar a este fin de mes con tu pre concepto de felicidad pañuelo descartable se me hizo intragable.

Boceté mi vida de otra forma, voy a rodar unos años mas, voy a hacer comentarios potables y solo escucharás de mi a la distancia acordes sofisticados. Porque comparado conmigo todo es nada.