Amo el amor de los marineros. (Roberto: Hoy soy Gilda)

-(...)Entre otras cosas, vas a ver que no sos la primera persona a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado.
Le dije abriéndole los ojos para que me sintiera mientras la ciudad golpeaba en las ventanas, y continué:
-Algunos días, lo que haría sería hacerme pasar por sordomuda y así no tendría que hablar. Así si querían decirme algo, tendrían que escribirlo en un papelito y enseñármelo. Y al final se hartarían y ya no tendría que hablar el resto de mi vida. Pensarían "pobre mina" y me dejarían en paz.