En tu viejo brazo se quedo el ayer,
rescoldo
del alma arisca que se fue
el tiempo
en tus manos solas,
quedo tendido sobre la luz.
silencio descalzo
por tu cuerpo va.
las piedras al viento
le roban la sal.
lluvia que viene de dios
antiguo cansancio
y lento su andar
tiene una lanza por el cardón
y en sus espinas dejó las manos
para la sangre con otro calor
al rayo loco dio a su corazón.
el destino de tu nombre
fue final
y la luna aquella ya no alumbra más.
si ronda por adentro el amo sideral
y anda por tus venas,
desde que se fue
levanta tus ojos negros
para cubrirte muerto y leal .
(clavó su pecho en la roca
como una herida,
y sin gritar su voz
se oyó en el cielo hecha una maldición)
Ariel Petrocelli.
Quizá nuestro adentro ya esté afuera: sólo quedan estos restos. Para mí: antigal.