Diagnosticos artesanales: "que cada perro se aguante sus pulgas"

Las respuestas se me acaban.

Quizá nunca existieron
y sólo eran espejos
enfrentados al vacío.

Pero ahora también las preguntas se me acaban en
esta especie de inocencia,
esta especie de -no soledad-
 y hacen que
el silencio sea también una pregunta.

(Esta especie de sentimientos
extravagantes
que vacilan.)

¿Será el silencio también una respuesta?

A veces pienso que quizá a determinada altura las preguntas y las respuestas son exactamente iguales.

(Inciertas conjeturas- La noche y otras cosas hondas que forman la privada selva del hombre luna vol.I)